ARTESANÍA CHILOTA

El arte popular en Chiloé se ha expresado desde tiempos inmemoriales en diferentes materialidades. Madera, piedra, cestería y lana, fueron y siguen siendo en muchos casos, la base para la fabricación de los artículos necesarios para la vida diaria.

LANAS: El tejido es una de las prácticas artesanales más tradicionales de Chiloé y comienza en verano, luego de la esquila, con el vellón de las ovejas, el cual se limpia sacando con tijeras lo inutilizable. Luego se hila, se lava. Se tiñe con fibras naturales de pello-pello, maqui, arrayán, tepa, barba de palo, entre otros, dependiendo el color que quiera dársela.

FIBRAS: La artesanía en fibra ha sido esencial para las labores productivas de los habitantes de Chiloé, pues gracias a las redes y canastos tanto campesinos como mariscadores y pescadores pudieron trasladar y conservar los productos obtenidos de la tierra o el mar. Con el tiempo la cestería se ha ido embelleciendo y ganando territorio en la decoración de los hogares y espacios públicos.

MADERA: Quizás lo más representativo del arte popular chilota sea el trabajo de la madera. Embarcaciones, casas, tejuelas, mueblería y utensilios de toda clase pueblan el escenario isleño. Destacado es el trabajo de los maestros de ribera, artistas de la construcción de barcos y pangas tan necesarias para el traslado entre las islas, además, claro está, del arte religioso tan abundante en el archipiélago: Iglesias y santos son embellecidos por las manos expertas de sus artesanos. La arquitectura de la mayoría de las iglesias es de un barco invertido, dado que era lo que los carpinteros sabían hacer al llegar los españoles.

PIEDRAS: Braceros, estufas y ladrillos son hechos de cancagua, una piedra de origen volcánico, semi arenosa y de dureza relativa, lo que permite ser esculpida con facilidad. Por ser única de este archipiélago sus productos son tremendamente valiosos y escasos.

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